Alejandra Pizarnik.
Nuestra dulce y atormentada poeta nos propone una espera enigmática.
Su belleza reside en la imposibilidad de determinar su sentido; ya que tal vez, este excelente poema de Alejandra Pizarnik está pensado para que cada uno de nosotros lo dote con un sentido en particular, para que lo dibujemos con nuestros propios colores y matices.
Esta Oscuridad tendrá un tono diferente para cada lector, haciendo que todos podamos jugar, al menos durante unos breves instantes, a ser poetas. Es decir, a ser inmortales.
Nuestra dulce y atormentada poeta nos propone una espera enigmática.
Su belleza reside en la imposibilidad de determinar su sentido; ya que tal vez, este excelente poema de Alejandra Pizarnik está pensado para que cada uno de nosotros lo dote con un sentido en particular, para que lo dibujemos con nuestros propios colores y matices.
Esta Oscuridad tendrá un tono diferente para cada lector, haciendo que todos podamos jugar, al menos durante unos breves instantes, a ser poetas. Es decir, a ser inmortales.
A la Espera de la Oscuridad.
Alejandra Pizarnik.
Alejandra Pizarnik.
Ese instante que no se olvida,
Tan vacío devuelto por las sombras,
Tan vacío rechazado por los relojes,
Ese pobre instante adoptado por mi ternura,
Desnudo desnudo de sangre de alas,
Sin ojos para recordar angustias de antaño,
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.
Ampáralo niña ciega de alma,
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego;
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies,
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro.
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.
Pero ese instante sudoroso de nada,
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca,
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos.
Alejandra Pizarnik.
0 comentarios:
Publicar un comentario